Factores de riesgo cardiovascular en la infancia. Introducción
Las enfermedades Cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados y su prevalencia en los adultos sigue siendo muy elevada, constituyendo un auténtico problema de salud pública. Las manifestaciones clínicas de la arteriosclerosis en la infancia y adolescencia son muy raras, sin embargo la enfermedad y los factores de riesgo que aceleran el desarrollo de la misma comienzan en la infancia y hay una evidencia creciente de que la reducción de estos factores de riesgo retrasa la progresión y sus manifestaciones clínicas en la edad adulta.
Diversos estudios anatomopatológicos, epidemiológicos y clínicos han demostrado que la aterosclerosis comienza con estrías grasas en aorta antes de los 3 años de edad y placas fibrosas durante la adolescencia que progresan a partir de los 20 años.1 Estudios con Ultrasonografia carotídea han encontrado engrosamiento de la íntima –media en niños con Hipercolesterolemia Familiar (HF) a partir de los 7 años de edad. La progresión del proceso ateromatoso depende de factores genéticos y ambientales.2
Los principales factores de riesgo son la historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura (varones antes de los 55 años y mujeres antes de los 65 años), hiperlipemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus, sobrepeso y obesidad, inactividad física y hábito tabáquico, aunque también se han descrito factores perinatales. Hay factores no modificables y otros modificables sobre los que tienen que encaminarse las medidas de prevención.
La persistencia de valores elevados de colesterol en el adulto (tracking), es en torno al 50%, pero la influencia de factores ambientales y la asociación con otros factores de riesgo hacen que sólo se pueda predecir de forma moderada el valor de colesterol de la vida adulta. La prevalencia de dislipemias en niños ha aumentado en parte por el incremento de obesidad y síndrome metabólico.
El 84 % de los niños con BMI en el p 95-99 son obesos de adultos y todos los niños con BMI >p 99 fueron obesos en la edad adulta. Además el 14,4% de los niños con normopeso fueron obesos de mayores.
Para la tensión arterial la correlación está en torno al 40%.
El objetivo de esta mesa redonda es hacer una revisión a la luz de la evidencia de los principales factores de riesgo, las estrategias de cribado y las recomendaciones terapeúticas actuales respecto a hipercolesterolemia, hipertensión arterial y obesidad, con el fin de facilitar su manejo por el Pediatra de Atención Primaria.
Es necesario insistir en que para el abordaje de esta patología es imprescindible la adquisición de hábitos saludables por parte de los niños, mejorando la alimentación y promoviendo la práctica regular de actividad física, lo que pasa muchas veces por modificación de los hábitos familiares y /o sociales. Estas estrategias van a precisar de un concurso multifactorial de diferentes sectores, como el educativo, industria alimenticia, salud pública etc, como por ejemplo la estrategia NAOS iniciada en 2005.